
La nieve que empezó a caer ya no era blanca. El color negro de los copos se deshacía en grises nada mas derretirse contra el suelo, dejando un fuerte olor a putrefacción. Hombres, mujeres y niños vomitaban por igual por las ciudades y pueblos del mundo. Las escamas en la piel de los recién nacidos llegará a ser una cosa normal en el nuevo orden. Al fondo, a lo lejos, la humanidad vio erguirse al monstruo primigenio que traería las primeras oscuras navidades. Cuidaos de él, porque este ser os desea unas navidades llenas de lecturas terroríficas.
Texto: Álex Ogalla
Ilustración del primigenio: Selena Ogalla.